Con pleno y muy encomiable acierto el festival de Fez de este año ha estado dedicado al gran místico de la poesía árabe Jalaledin Rumi, nacido ahora hace 800 años. Los homenajes musicales que se le han dedicado constituían algo así como el tronco central del programa tanto en Bab Makina como en el Museo Batha, especialmente durante la segunda parte del certamen. Y sus dividendos promedio, de muy buen oír, la verdad. De manera muy especial, me parece justo destacar el altísimo nivel de las actuaciones ofrecidas por Akhtar Sharif y sus Arup Vâle Qawwâls de Lahore, la tunecina Sonia Mbarek y la mauritana Aïcha Mint Chighaly. Otro punto cumbre del festival, y éste de un valor artístico y emocional descomunales, una de esas cosas que se viven y no olvidas para siempre jamás, las tres horas (porque en algún punto había que acabar y además ya se comenzaban a multiplicar de modo preocupante los literalmente poseídos por la música y su muy laica liturgia entre la audiencia) de gnawa ceremonial que descargó el Ensemble Gnawa Ouled Kamar de Marrakech la madrugada del jueves al viernes. Pero una sombra, una diluida sombra, pueden ustedes intuirla a través de la escucha de un triple CD musical acompañado de CD-Rom que acaba de aparecer bajo el título global de Marrakech undermoon. The black album (Kamarmusic, 2007). Se trata del primer paso de un ambicioso proyecto a caballo entre la ciudad marroquí y Nueva York del que se esperan no menos de cuatro álbumes más vinculados a los diferentes colores ceremoniales dentro del gnawa. Casi todos los caminos son buenos para rendirse al enorme poderío mesmérico-posesivo de la música gnawa. Éste sin duda lo es. Y señalemos con el mejor de los humores que algunos contenidos del Festival de Músicas Sacras de Fez 2007 han alcanzado la categoría de surreales, que no es poco. En concreto, se lleva la palma al despropósito la presencia de Bartabás y su caballo Le Caravage para exorcizar un par de amaneceres (el espectáculo acontecía a las 4.45 a. m.) fesís. Creo que queda dicho lo más importante del asunto reseñando que el buen periodista y excelente conocedor del festival Eric Bieliy publicó en Le Figaro una muy estimulante y jocunda entrevista con el caballo que murmuraba, Le Caravage.Touché. Pero a modo de prognosis, digamos que se detectaba un acuerdo generalizado entre los principales medios y connaiseurs presentes en el festival. La gestión de la nueva directora general, Naima Lahbil, y la renovación en la dirección artística, pueden dar un giro positivo al afamado festival. Los primeros resultados tangibles se verán la próxima edición, la número catorce. Y a la hora de cerrar definitivamente el balance, una espléndida noticia para los melómanos locales. El Festival Músiques del Món, que organiza anualmente La Caixa, presentará en nuestra ciudad dentro de su edidión del 2008 tres de las joyas del recién clausurado festival de Fez: la iraní Parissa con el Essemble Dartan, los Akhtar Sharif Arup Vâle Qawwâls y la mauritana Aïcha Mint Chighaly.
El poderío de la música gnawa ceremonial eleva el nivel del festival de Fez
la Vanguardia. MINGUS B. FORMENTOR - FEZ - 12/06/2007
Con pleno y muy encomiable acierto el festival de Fez de este año ha estado dedicado al gran místico de la poesía árabe Jalaledin Rumi, nacido ahora hace 800 años. Los homenajes musicales que se le han dedicado constituían algo así como el tronco central del programa tanto en Bab Makina como en el Museo Batha, especialmente durante la segunda parte del certamen. Y sus dividendos promedio, de muy buen oír, la verdad. De manera muy especial, me parece justo destacar el altísimo nivel de las actuaciones ofrecidas por Akhtar Sharif y sus Arup Vâle Qawwâls de Lahore, la tunecina Sonia Mbarek y la mauritana Aïcha Mint Chighaly. Otro punto cumbre del festival, y éste de un valor artístico y emocional descomunales, una de esas cosas que se viven y no olvidas para siempre jamás, las tres horas (porque en algún punto había que acabar y además ya se comenzaban a multiplicar de modo preocupante los literalmente poseídos por la música y su muy laica liturgia entre la audiencia) de gnawa ceremonial que descargó el Ensemble Gnawa Ouled Kamar de Marrakech la madrugada del jueves al viernes. Pero una sombra, una diluida sombra, pueden ustedes intuirla a través de la escucha de un triple CD musical acompañado de CD-Rom que acaba de aparecer bajo el título global de Marrakech undermoon. The black album (Kamarmusic, 2007). Se trata del primer paso de un ambicioso proyecto a caballo entre la ciudad marroquí y Nueva York del que se esperan no menos de cuatro álbumes más vinculados a los diferentes colores ceremoniales dentro del gnawa. Casi todos los caminos son buenos para rendirse al enorme poderío mesmérico-posesivo de la música gnawa. Éste sin duda lo es. Y señalemos con el mejor de los humores que algunos contenidos del Festival de Músicas Sacras de Fez 2007 han alcanzado la categoría de surreales, que no es poco. En concreto, se lleva la palma al despropósito la presencia de Bartabás y su caballo Le Caravage para exorcizar un par de amaneceres (el espectáculo acontecía a las 4.45 a. m.) fesís. Creo que queda dicho lo más importante del asunto reseñando que el buen periodista y excelente conocedor del festival Eric Bieliy publicó en Le Figaro una muy estimulante y jocunda entrevista con el caballo que murmuraba, Le Caravage.Touché. Pero a modo de prognosis, digamos que se detectaba un acuerdo generalizado entre los principales medios y connaiseurs presentes en el festival. La gestión de la nueva directora general, Naima Lahbil, y la renovación en la dirección artística, pueden dar un giro positivo al afamado festival. Los primeros resultados tangibles se verán la próxima edición, la número catorce. Y a la hora de cerrar definitivamente el balance, una espléndida noticia para los melómanos locales. El Festival Músiques del Món, que organiza anualmente La Caixa, presentará en nuestra ciudad dentro de su edidión del 2008 tres de las joyas del recién clausurado festival de Fez: la iraní Parissa con el Essemble Dartan, los Akhtar Sharif Arup Vâle Qawwâls y la mauritana Aïcha Mint Chighaly.
Con pleno y muy encomiable acierto el festival de Fez de este año ha estado dedicado al gran místico de la poesía árabe Jalaledin Rumi, nacido ahora hace 800 años. Los homenajes musicales que se le han dedicado constituían algo así como el tronco central del programa tanto en Bab Makina como en el Museo Batha, especialmente durante la segunda parte del certamen. Y sus dividendos promedio, de muy buen oír, la verdad. De manera muy especial, me parece justo destacar el altísimo nivel de las actuaciones ofrecidas por Akhtar Sharif y sus Arup Vâle Qawwâls de Lahore, la tunecina Sonia Mbarek y la mauritana Aïcha Mint Chighaly. Otro punto cumbre del festival, y éste de un valor artístico y emocional descomunales, una de esas cosas que se viven y no olvidas para siempre jamás, las tres horas (porque en algún punto había que acabar y además ya se comenzaban a multiplicar de modo preocupante los literalmente poseídos por la música y su muy laica liturgia entre la audiencia) de gnawa ceremonial que descargó el Ensemble Gnawa Ouled Kamar de Marrakech la madrugada del jueves al viernes. Pero una sombra, una diluida sombra, pueden ustedes intuirla a través de la escucha de un triple CD musical acompañado de CD-Rom que acaba de aparecer bajo el título global de Marrakech undermoon. The black album (Kamarmusic, 2007). Se trata del primer paso de un ambicioso proyecto a caballo entre la ciudad marroquí y Nueva York del que se esperan no menos de cuatro álbumes más vinculados a los diferentes colores ceremoniales dentro del gnawa. Casi todos los caminos son buenos para rendirse al enorme poderío mesmérico-posesivo de la música gnawa. Éste sin duda lo es. Y señalemos con el mejor de los humores que algunos contenidos del Festival de Músicas Sacras de Fez 2007 han alcanzado la categoría de surreales, que no es poco. En concreto, se lleva la palma al despropósito la presencia de Bartabás y su caballo Le Caravage para exorcizar un par de amaneceres (el espectáculo acontecía a las 4.45 a. m.) fesís. Creo que queda dicho lo más importante del asunto reseñando que el buen periodista y excelente conocedor del festival Eric Bieliy publicó en Le Figaro una muy estimulante y jocunda entrevista con el caballo que murmuraba, Le Caravage.Touché. Pero a modo de prognosis, digamos que se detectaba un acuerdo generalizado entre los principales medios y connaiseurs presentes en el festival. La gestión de la nueva directora general, Naima Lahbil, y la renovación en la dirección artística, pueden dar un giro positivo al afamado festival. Los primeros resultados tangibles se verán la próxima edición, la número catorce. Y a la hora de cerrar definitivamente el balance, una espléndida noticia para los melómanos locales. El Festival Músiques del Món, que organiza anualmente La Caixa, presentará en nuestra ciudad dentro de su edidión del 2008 tres de las joyas del recién clausurado festival de Fez: la iraní Parissa con el Essemble Dartan, los Akhtar Sharif Arup Vâle Qawwâls y la mauritana Aïcha Mint Chighaly.
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